Esta área incluye indicadores referentes al agua potable, la cual se define como agua tratada que cumple con las disposiciones de valores recomendables o máximos admisibles estéticos, organolépticos, físicos, químicos, biológicos y microbiológicos, y que al ser consumida por la población no causa daño a la salud. Al cumplir estos requisitos el agua se considera adecuada para ser consumida dentro de los campus de las instituciones.

El agua residual se define como la que ha recibido un uso y cuya calidad ha sido modificada por la incorporación de agentes contaminantes, combinando líquidos y sólidos. Las aguas residuales se clasifican en las de tipo ordinario y especial; el primer grupo se refiere a las que se generan por el uso doméstico del ser humano, por ejemplo, con el uso de inodoros, fregaderos, lavado de ropa, entre otros. Las de tipo especial son las diferentes a las ordinarias, por ejemplo, las que se generan por el uso de sustancias químicas especiales, o por procesos industriales.

La electricidad es un recurso fundamental para la operación de las instituciones. Costa Rica tiene un modelo eléctrico en donde la mayoría de la electricidad es producida por recursos hídricos y una pequeña parte con petróleo, sin embargo, el consumo de combustibles fósiles ha venido aumentando, principalmente por el sector de transportes.

La eficiencia en el aprovechamiento de este recurso y su uso racional es vital para la disminución en el consumo, así como del impacto en el calentamiento global.

La carbono neutralidad es el balance entre la cuantificación de las emisiones y las acciones de reducción y remoción/compensación de gases efecto invernadero de una organización en un periodo verificable.

Costa Rica se fijó la meta de ser carbono neutral para el año 2021. Este es un proyecto que involucra a todo el país y requiere el compromiso de todos los actores sociales, incluyendo las instituciones educativas.

La generación de residuos sólidos es parte de la operación de cualquier organización, la cual debe tomar un papel activo para garantizar la correcta disposición y gestión integral de estos. Lo anterior permite reducir la generación de residuos, así como fomentar el reciclaje.

Para lograr una adecuada gestión ambiental, es preciso tomar en cuenta los recursos con los que cuenta la institución, para lograr su mayor aprovechamiento en pro de la sostenibilidad.

Desde el año 2018, se incluyeron tres indicadores específicos para esta temática, en donde se identifica las instituciones que participan de la Red Costarricense para disminución de pérdida y desperdicio de alimentos (Red PDA), la cantidad de perdida de alimentos y el número de acciones que se implementan para reducirla.